La pena capital o pena de muerte consiste en la ejecución de un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito, establecido en la legislación; los delitos a los cuales se aplica esta sanción penal suelen denominarse crímenes o delitos capitales.
La ejecución de criminales y disidentes políticos ha sido empleada por casi todas las sociedades en un momento u otro de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disensión política. Actualmente el uso de la pena de muerte ha sido abolido en casi todos los países europeos (excepto Bielorrusia), y la mayoría de los correspondientes a Oceanía (como Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental). En América, Canadá y la mayoría de países latinoamericanos han abolido completamente la pena de muerte, mientras que los Estados Unidos de América, Guatemala y la mayoría de los estados del Caribe la mantienen en vigor, y Brasil la contempla como castigo en situaciones excepcionales, como por ejemplo para castigar la traición cometida en tiempo de guerra. En Asia la pena de muerte está permitida en democracias como Japón e India. En África, se aplica aún la pena de muerte en democracias como Botswana y Zambia.
En muchos países donde aún se aplica la pena de muerte, se la reserva como castigo para crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho militar. En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía. También se castiga con pena de muerte en otros países la apostasía, la renuncia formal a la propia religión. En muchas naciones retencionistas (es decir, países que aún aplican la pena de muerte), el narcotráfico es también susceptible de ser castigado con la pena de muerte. En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados con la pena de muerte. En algunos países la pena de muerte se utiliza por motivos políticos, con la máxima difusión posible, como escarmiento de masas: en 2007 en Corea del Norte el director de una empresa fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo, ante 150.000 personas como castigo por haber realizado llamadas telefónicas al extranjero.
En las fuerzas armadas de todo el mundo, las cortes marciales y consejos de guerra han aplicado la pena capital en delitos de cobardía, deserción, insubordinación y motínEl tema de la pena de muerte es muy controvertido. Los partidarios de la misma argumentan que su aplicación reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo adecuada para el asesinato. Los detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua, resulta una violación de los derechos humanos, conduce a ejecuciones de algunos inocentes y supone una discriminación de hecho contra las minorías y los pobres que puedan no tener recursos suficientes en el sistema legal.
Según el informe anual de ejecuciones judiciales de Amnistía Internacional, en el año 2003 fueron ejecutadas al menos 1146 personas en 28 países. El 84% de las muertes documentadas ocurrieron en cuatro países: la República Popular China llevó a cabo 726 ejecuciones, Irán mató a 108 personas, Estados Unidos a 65 y Vietnam a 64. La última nación en abolir la pena de muerte para todos los crímenes ha sido Albania, a principios del 2007
lunes, 21 de abril de 2008
LA PENA DE MUERTE EN CHINA
La pena capital o pena de muerte consiste en la ejecución de un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito, establecido en la legislación; los delitos a los cuales se aplica esta sanción penal suelen denominarse crímenes o delitos capitales.
La ejecución de criminales y disidentes políticos ha sido empleada por casi todas las sociedades en un momento u otro de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disensión política. Actualmente el uso de la pena de muerte ha sido abolido en casi todos los países europeos (excepto Bielorrusia), y la mayoría de los correspondientes a Oceanía (como Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental). En América, Canadá y la mayoría de países latinoamericanos han abolido completamente la pena de muerte, mientras que los Estados Unidos de América, Guatemala y la mayoría de los estados del Caribe la mantienen en vigor, y Brasil la contempla como castigo en situaciones excepcionales, como por ejemplo para castigar la traición cometida en tiempo de guerra. En Asia la pena de muerte está permitida en democracias como Japón e India. En África, se aplica aún la pena de muerte en democracias como Botswana y Zambia.
En muchos países donde aún se aplica la pena de muerte, se la reserva como castigo para crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho militar. En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía. También se castiga con pena de muerte en otros países la apostasía, la renuncia formal a la propia religión. En muchas naciones retencionistas (es decir, países que aún aplican la pena de muerte), el narcotráfico es también susceptible de ser castigado con la pena de muerte. En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados con la pena de muerte. En algunos países la pena de muerte se utiliza por motivos políticos, con la máxima difusión posible, como escarmiento de masas: en 2007 en Corea del Norte el director de una empresa fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo, ante 150.000 personas[1] como castigo por haber realizado llamadas telefónicas al extranjero.
En las fuerzas armadas de todo el mundo, las cortes marciales y consejos de guerra han aplicado la pena capital en delitos de cobardía, deserción, insubordinación y motín[2] .
El tema de la pena de muerte es muy controvertido. Los partidarios de la misma argumentan que su aplicación reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo adecuada para el asesinato. Los detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua, resulta una violación de los derechos humanos, conduce a ejecuciones de algunos inocentes y supone una discriminación de hecho contra las minorías y los pobres que puedan no tener recursos suficientes en el sistema legal.
Según el informe anual de ejecuciones judiciales de Amnistía Internacional, en el año 2003 fueron ejecutadas al menos 1146 personas en 28 países. El 84% de las muertes documentadas ocurrieron en cuatro países: la República Popular China llevó a cabo 726 ejecuciones, Irán mató a 108 personas, Estados Unidos a 65 y Vietnam a 64. La última nación en abolir la pena de muerte para todos los crímenes ha sido Albania, a principios del 2007.[3]
La ejecución de criminales y disidentes políticos ha sido empleada por casi todas las sociedades en un momento u otro de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disensión política. Actualmente el uso de la pena de muerte ha sido abolido en casi todos los países europeos (excepto Bielorrusia), y la mayoría de los correspondientes a Oceanía (como Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental). En América, Canadá y la mayoría de países latinoamericanos han abolido completamente la pena de muerte, mientras que los Estados Unidos de América, Guatemala y la mayoría de los estados del Caribe la mantienen en vigor, y Brasil la contempla como castigo en situaciones excepcionales, como por ejemplo para castigar la traición cometida en tiempo de guerra. En Asia la pena de muerte está permitida en democracias como Japón e India. En África, se aplica aún la pena de muerte en democracias como Botswana y Zambia.
En muchos países donde aún se aplica la pena de muerte, se la reserva como castigo para crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho militar. En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía. También se castiga con pena de muerte en otros países la apostasía, la renuncia formal a la propia religión. En muchas naciones retencionistas (es decir, países que aún aplican la pena de muerte), el narcotráfico es también susceptible de ser castigado con la pena de muerte. En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados con la pena de muerte. En algunos países la pena de muerte se utiliza por motivos políticos, con la máxima difusión posible, como escarmiento de masas: en 2007 en Corea del Norte el director de una empresa fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo, ante 150.000 personas[1] como castigo por haber realizado llamadas telefónicas al extranjero.
En las fuerzas armadas de todo el mundo, las cortes marciales y consejos de guerra han aplicado la pena capital en delitos de cobardía, deserción, insubordinación y motín[2] .
El tema de la pena de muerte es muy controvertido. Los partidarios de la misma argumentan que su aplicación reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo adecuada para el asesinato. Los detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua, resulta una violación de los derechos humanos, conduce a ejecuciones de algunos inocentes y supone una discriminación de hecho contra las minorías y los pobres que puedan no tener recursos suficientes en el sistema legal.
Según el informe anual de ejecuciones judiciales de Amnistía Internacional, en el año 2003 fueron ejecutadas al menos 1146 personas en 28 países. El 84% de las muertes documentadas ocurrieron en cuatro países: la República Popular China llevó a cabo 726 ejecuciones, Irán mató a 108 personas, Estados Unidos a 65 y Vietnam a 64. La última nación en abolir la pena de muerte para todos los crímenes ha sido Albania, a principios del 2007.[3]
LA INMIGRACION
Inmigración es la entrada a un país o región por parte de personas que nacieron o proceden de otro lugar. Representa una de las dos opciones o alternativas del término migración, que se aplica a los movimientos de personas de un lugar a otro y estos desplazamientos conllevan un cambio de residencia bien sea temporal o definitivo. Las dos opciones de los movimientos migratorios son: emigración, que es la salida de personas de un país, región o lugar determinados para dirigirse a otro distinto e inmigración, que es la entrada en un país, región o lugar determinados procedentes de otras partes. De manera que una emigración lleva como contrapartida posterior una inmigración en el país o lugar de llegada.
Así pues, resulta válido estudiar la inmigración desde el punto de vista del país de acogida o más bien de entrada, ya que la situación es muy diferente e incluso a menudo opuesta a la del país o lugar de emigración. Una enorme gama de situaciones políticas y problemas se plantea por la casi siempre inevitable diferenciación cultural, económica y social existente entre las poblaciones inmigrantes y las del país de recepción, e incluso entre los mismos inmigrantes cuando proceden de países y hasta de continentes distintos.
Causas Los procesos migratorios son inherentes a la especie humana y a muchas otras especies. Nacen del instinto de conservación de la especie más que del individuo, y se deben siempre a una evaluación comparativa del entorno donde se vive en cuanto a los recursos y posibilidades con que se cuenta, y de un entorno diferente, en el que existe una percepción de que esos recursos y posibilidades pueden ser mayores y mejores.
Existen varias causas para la inmigración que van desde la escala global hasta motivos personales.
Probablemente una de las más comunes es la migración por motivos económicos, ya que muchas personas emigran buscando en otro país mayores ingresos o un mejor nivel de vida. En la actualidad este tipo de migración típicamente ocurre desde países menos desarrollados a países más desarrollados y en muchos casos estos inmigrantes ingresan o se mantienen de forma ilegal en el país de destino.
Otro motivo importante para la inmigración se da debido a situaciones que obliguen a dejar el país de origen, como persecución política, étnica o religiosa o para escapar de situaciones políticas inestables o guerras.
En algunos casos la inmigración está asociada a profesiones o empleos, como por ejemplo los misioneros religiosos, empleados de coorporaciones transnacionales, empleados de organizaciones no gubernamentales internacionales o empleados del servicio diplomático. En el caso de los científicos, es en algunos casos esperable, o incluso requerido, que como parte de su carrera estudien o trabajen en países distintos al país de origen.
Historia Las migraciones son tan antiguas como la humanidad y aparecen en las relaciones más antiguas de casi todas las religiones y culturas que existen. En el caso de la tradición judeocristiana, la expulsión del hombre por el Creador después del pecado original constituye la primera referencia a una especie de migración forzosa.
Lo mismo puede decirse de la tradición islámica (la Hégira), la judía (el Éxodo o Huída de Egipto, los 40 años de la vida en el desierto del Sinaí, el establecimiento en Canaán, etc.)
Migraciones en la antigüedad Las migraciones han sido una necesidad para la humanidad desde la más remota antigüedad, cuando el ser humano se desplazaba de un lugar a otro en busca de medios de subsistencia o para eludir a enemigos humanos o naturales, recorriendo de esta forma el planeta. Históricamente, las migraciones han cambiado totalmente el aspecto de los países, influyendo en su composición racial, lingüística y cultural, así como otros cambios importantes de gran repercusión.
Hace mil quinientos años, en lo que actualmente conocemos como Moscú, no había un sólo ruso, en Hungría no había un sólo húngaro, en Turquía no había turcos, España empezaba a ser visigoda, en América sólo vivían indígenas, en Australia sólo polinesios y melanesios, en la región de Kosovo vivían en forma minoritaria los albaneses, lo que hace todavía más complejo el término.
América
Mapa con la distribución territorial del español en los Estados Unidos (según el censo de 2000).
Luego de que los europeos llegaran a América, una parte de los indígenas originarios fueron desplazados o exterminados por los europeos y otra gran parte terminó también mezclándose con ellos, dando origen al mestizaje, que forma en Hispanoamérica principalmente, la mayor parte de la población actual, en especial en países o regiones como México y América Central, Colombia, Chile, Venezuela y otros. Entre los pueblos europeos que participaron activamente en estas emigraciones masivas hacia América, además de los españoles, podemos citar a los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Debido a la escasez de mano de obra, sobre todo en el trabajo de las llamadas plantaciones, se importaron esclavos africanos de raza negra, en especial de los países del Golfo de Guinea, lo que cambió nuevamente la composición de la población y creó nuevas mezclas raciales: mulatos, zambos, y otras denominaciones que ya no suelen emplearse. Los descendientes de los antiguos esclavos, cada vez más mezclados con los otros grupos raciales, predominaron en las regiones de clima cálido próximas a la costa, donde constituían la mano de obra de las principales haciendas o plantaciones de caña de azúcar, cacao y algodón, entre otros cultivos.
En las islas del Caribe, donde el impacto de la Conquista diezmó a la población indígena muy pronto, los europeos sustituyeron el trabajo de los indígenas con el de los esclavos, por lo cual, el impacto africano en el poblamiento fue, en algunas regiones costeras, más importante que el indígena: podríamos decir que, mientras que los Andes siempre han sido indoamericanos, las Antillas se convirtieron en afroamericanas. También el sureste de los Estados Unidos recibió una gran cantidad de esclavos como mano de obra para trabajar en las plantaciones de algodón.
Las costas del Golfo de México y del Caribe (por ejemplo, en México y Nicaragua) también recibieron una importante inmigración de esclavos de origen africano y en este último país, se establecieron en la llamada Costa de los Mosquitos un nombre impropiamente derivado de los indios Misquitos que poblaban la zona. Y en el siglo XIX, muchos campesinos de Jamaica, huyendo de la esclavitud, escaparon de dicha isla para establecerse en esta región costera de los Mosquitos como lo recuerda la existencia de poblaciones con nombre anglosajón, como es el caso de Bluefields, la ciudad y puerto más importante de la zona. Y también fue muy importante el poblamiento con esclavos africanos en las regiones costeras del Brasil para el trabajo en las plantaciones.
Durante la época posterior a la independencia de los paises americanos hubo una fuerte afluencia de inmigrantes desde Europa, fomentada por los gobiernos americanos. Notorios son los casos, además de los europeos en los Estados Unidos, de los italianos y gallegos en Argentina y de los alemanes en el sur de Chile.
Así pues, resulta válido estudiar la inmigración desde el punto de vista del país de acogida o más bien de entrada, ya que la situación es muy diferente e incluso a menudo opuesta a la del país o lugar de emigración. Una enorme gama de situaciones políticas y problemas se plantea por la casi siempre inevitable diferenciación cultural, económica y social existente entre las poblaciones inmigrantes y las del país de recepción, e incluso entre los mismos inmigrantes cuando proceden de países y hasta de continentes distintos.
Causas Los procesos migratorios son inherentes a la especie humana y a muchas otras especies. Nacen del instinto de conservación de la especie más que del individuo, y se deben siempre a una evaluación comparativa del entorno donde se vive en cuanto a los recursos y posibilidades con que se cuenta, y de un entorno diferente, en el que existe una percepción de que esos recursos y posibilidades pueden ser mayores y mejores.
Existen varias causas para la inmigración que van desde la escala global hasta motivos personales.
Probablemente una de las más comunes es la migración por motivos económicos, ya que muchas personas emigran buscando en otro país mayores ingresos o un mejor nivel de vida. En la actualidad este tipo de migración típicamente ocurre desde países menos desarrollados a países más desarrollados y en muchos casos estos inmigrantes ingresan o se mantienen de forma ilegal en el país de destino.
Otro motivo importante para la inmigración se da debido a situaciones que obliguen a dejar el país de origen, como persecución política, étnica o religiosa o para escapar de situaciones políticas inestables o guerras.
En algunos casos la inmigración está asociada a profesiones o empleos, como por ejemplo los misioneros religiosos, empleados de coorporaciones transnacionales, empleados de organizaciones no gubernamentales internacionales o empleados del servicio diplomático. En el caso de los científicos, es en algunos casos esperable, o incluso requerido, que como parte de su carrera estudien o trabajen en países distintos al país de origen.
Historia Las migraciones son tan antiguas como la humanidad y aparecen en las relaciones más antiguas de casi todas las religiones y culturas que existen. En el caso de la tradición judeocristiana, la expulsión del hombre por el Creador después del pecado original constituye la primera referencia a una especie de migración forzosa.
Lo mismo puede decirse de la tradición islámica (la Hégira), la judía (el Éxodo o Huída de Egipto, los 40 años de la vida en el desierto del Sinaí, el establecimiento en Canaán, etc.)
Migraciones en la antigüedad Las migraciones han sido una necesidad para la humanidad desde la más remota antigüedad, cuando el ser humano se desplazaba de un lugar a otro en busca de medios de subsistencia o para eludir a enemigos humanos o naturales, recorriendo de esta forma el planeta. Históricamente, las migraciones han cambiado totalmente el aspecto de los países, influyendo en su composición racial, lingüística y cultural, así como otros cambios importantes de gran repercusión.
Hace mil quinientos años, en lo que actualmente conocemos como Moscú, no había un sólo ruso, en Hungría no había un sólo húngaro, en Turquía no había turcos, España empezaba a ser visigoda, en América sólo vivían indígenas, en Australia sólo polinesios y melanesios, en la región de Kosovo vivían en forma minoritaria los albaneses, lo que hace todavía más complejo el término.
América
Mapa con la distribución territorial del español en los Estados Unidos (según el censo de 2000).
Luego de que los europeos llegaran a América, una parte de los indígenas originarios fueron desplazados o exterminados por los europeos y otra gran parte terminó también mezclándose con ellos, dando origen al mestizaje, que forma en Hispanoamérica principalmente, la mayor parte de la población actual, en especial en países o regiones como México y América Central, Colombia, Chile, Venezuela y otros. Entre los pueblos europeos que participaron activamente en estas emigraciones masivas hacia América, además de los españoles, podemos citar a los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Debido a la escasez de mano de obra, sobre todo en el trabajo de las llamadas plantaciones, se importaron esclavos africanos de raza negra, en especial de los países del Golfo de Guinea, lo que cambió nuevamente la composición de la población y creó nuevas mezclas raciales: mulatos, zambos, y otras denominaciones que ya no suelen emplearse. Los descendientes de los antiguos esclavos, cada vez más mezclados con los otros grupos raciales, predominaron en las regiones de clima cálido próximas a la costa, donde constituían la mano de obra de las principales haciendas o plantaciones de caña de azúcar, cacao y algodón, entre otros cultivos.
En las islas del Caribe, donde el impacto de la Conquista diezmó a la población indígena muy pronto, los europeos sustituyeron el trabajo de los indígenas con el de los esclavos, por lo cual, el impacto africano en el poblamiento fue, en algunas regiones costeras, más importante que el indígena: podríamos decir que, mientras que los Andes siempre han sido indoamericanos, las Antillas se convirtieron en afroamericanas. También el sureste de los Estados Unidos recibió una gran cantidad de esclavos como mano de obra para trabajar en las plantaciones de algodón.
Las costas del Golfo de México y del Caribe (por ejemplo, en México y Nicaragua) también recibieron una importante inmigración de esclavos de origen africano y en este último país, se establecieron en la llamada Costa de los Mosquitos un nombre impropiamente derivado de los indios Misquitos que poblaban la zona. Y en el siglo XIX, muchos campesinos de Jamaica, huyendo de la esclavitud, escaparon de dicha isla para establecerse en esta región costera de los Mosquitos como lo recuerda la existencia de poblaciones con nombre anglosajón, como es el caso de Bluefields, la ciudad y puerto más importante de la zona. Y también fue muy importante el poblamiento con esclavos africanos en las regiones costeras del Brasil para el trabajo en las plantaciones.
Durante la época posterior a la independencia de los paises americanos hubo una fuerte afluencia de inmigrantes desde Europa, fomentada por los gobiernos americanos. Notorios son los casos, además de los europeos en los Estados Unidos, de los italianos y gallegos en Argentina y de los alemanes en el sur de Chile.
Inmigración es la entrada a un país o región por parte de personas que nacieron o proceden de otro lugar. Representa una de las dos opciones o alternativas del término migración, que se aplica a los movimientos de personas de un lugar a otro y estos desplazamientos conllevan un cambio de residencia bien sea temporal o definitivo. Las dos opciones de los movimientos migratorios son: emigración, que es la salida de personas de un país, región o lugar determinados para dirigirse a otro distinto e inmigración, que es la entrada en un país, región o lugar determinados procedentes de otras partes. De manera que una emigración lleva como contrapartida posterior una inmigración en el país o lugar de llegada.
Así pues, resulta válido estudiar la inmigración desde el punto de vista del país de acogida o más bien de entrada, ya que la situación es muy diferente e incluso a menudo opuesta a la del país o lugar de emigración. Una enorme gama de situaciones políticas y problemas se plantea por la casi siempre inevitable diferenciación cultural, económica y social existente entre las poblaciones inmigrantes y las del país de recepción, e incluso entre los mismos inmigrantes cuando proceden de países y hasta de continentes distintos.
Los procesos migratorios son inherentes a la especie humana y a muchas otras especies. Nacen del instinto de conservación de la especie más que del individuo, y se deben siempre a una evaluación comparativa del entorno donde se vive en cuanto a los recursos y posibilidades con que se cuenta, y de un entorno diferente, en el que existe una percepción de que esos recursos y posibilidades pueden ser mayores y mejores.
Existen varias causas para la inmigración que van desde la escala global hasta motivos personales.
Probablemente una de las más comunes es la migración por motivos económicos, ya que muchas personas emigran buscando en otro país mayores ingresos o un mejor nivel de vida. En la actualidad este tipo de migración típicamente ocurre desde países menos desarrollados a países más desarrollados y en muchos casos estos inmigrantes ingresan o se mantienen de forma ilegal en el país de destino.
Otro motivo importante para la inmigración se da debido a situaciones que obliguen a dejar el país de origen, como persecución política, étnica o religiosa o para escapar de situaciones políticas inestables o guerras.
En algunos casos la inmigración está asociada a profesiones o empleos, como por ejemplo los misioneros religiosos, empleados de coorporaciones transnacionales, empleados de organizaciones no gubernamentales internacionales o empleados del servicio diplomático. En el caso de los científicos, es en algunos casos esperable, o incluso requerido, que como parte de su carrera estudien o trabajen en países distintos al país de origen.
Las migraciones son tan antiguas como la humanidad y aparecen en las relaciones más antiguas de casi todas las religiones y culturas que existen. En el caso de la tradición judeocristiana, la expulsión del hombre por el Creador después del pecado original constituye la primera referencia a una especie de migración forzosa.
Lo mismo puede decirse de la tradición islámica (la Hégira), la judía (el Éxodo o Huída de Egipto, los 40 años de la vida en el desierto del Sinaí, el establecimiento en Canaán, etc.)
Migraciones en la antigüedad Las migraciones han sido una necesidad para la humanidad desde la más remota antigüedad, cuando el ser humano se desplazaba de un lugar a otro en busca de medios de subsistencia o para eludir a enemigos humanos o naturales, recorriendo de esta forma el planeta. Históricamente, las migraciones han cambiado totalmente el aspecto de los países, influyendo en su composición racial, lingüística y cultural, así como otros cambios importantes de gran repercusión.
Hace mil quinientos años, en lo que actualmente conocemos como Moscú, no había un sólo ruso, en Hungría no había un sólo húngaro, en Turquía no había turcos, España empezaba a ser visigoda, en América sólo vivían indígenas, en Australia sólo polinesios y melanesios, en la región de Kosovo vivían en forma minoritaria los albaneses, lo que hace todavía más complejo el término.
América
Mapa con la distribución territorial del español en los Estados Unidos (según el censo de 2000).
Luego de que los europeos llegaran a América, una parte de los indígenas originarios fueron desplazados o exterminados por los europeos y otra gran parte terminó también mezclándose con ellos, dando origen al mestizaje, que forma en Hispanoamérica principalmente, la mayor parte de la población actual, en especial en países o regiones como México y América Central, Colombia, Chile, Venezuela y otros. Entre los pueblos europeos que participaron activamente en estas emigraciones masivas hacia América, además de los españoles, podemos citar a los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Debido a la escasez de mano de obra, sobre todo en el trabajo de las llamadas plantaciones, se importaron esclavos africanos de raza negra, en especial de los países del Golfo de Guinea, lo que cambió nuevamente la composición de la población y creó nuevas mezclas raciales: mulatos, zambos, y otras denominaciones que ya no suelen emplearse. Los descendientes de los antiguos esclavos, cada vez más mezclados con los otros grupos raciales, predominaron en las regiones de clima cálido próximas a la costa, donde constituían la mano de obra de las principales haciendas o plantaciones de caña de azúcar, cacao y algodón, entre otros cultivos.
En las islas del Caribe, donde el impacto de la Conquista diezmó a la población indígena muy pronto, los europeos sustituyeron el trabajo de los indígenas con el de los esclavos, por lo cual, el impacto africano en el poblamiento fue, en algunas regiones costeras, más importante que el indígena: podríamos decir que, mientras que los Andes siempre han sido indoamericanos, las Antillas se convirtieron en afroamericanas. También el sureste de los Estados Unidos recibió una gran cantidad de esclavos como mano de obra para trabajar en las plantaciones de algodón.
Las costas del Golfo de México y del Caribe (por ejemplo, en México y Nicaragua) también recibieron una importante inmigración de esclavos de origen africano y en este último país, se establecieron en la llamada Costa de los Mosquitos un nombre impropiamente derivado de los indios Misquitos que poblaban la zona. Y en el siglo XIX, muchos campesinos de Jamaica, huyendo de la esclavitud, escaparon de dicha isla para establecerse en esta región costera de los Mosquitos como lo recuerda la existencia de poblaciones con nombre anglosajón, como es el caso de Bluefields, la ciudad y puerto más importante de la zona. Y también fue muy importante el poblamiento con esclavos africanos en las regiones costeras del Brasil para el trabajo en las plantaciones.
Durante la época posterior a la independencia de los paises americanos hubo una fuerte afluencia de inmigrantes desde Europa, fomentada por los gobiernos americanos. Notorios son los casos, además de los europeos en los Estados Unidos, de los italianos y gallegos en Argentina y de los alemanes en el sur de Chile.
Así pues, resulta válido estudiar la inmigración desde el punto de vista del país de acogida o más bien de entrada, ya que la situación es muy diferente e incluso a menudo opuesta a la del país o lugar de emigración. Una enorme gama de situaciones políticas y problemas se plantea por la casi siempre inevitable diferenciación cultural, económica y social existente entre las poblaciones inmigrantes y las del país de recepción, e incluso entre los mismos inmigrantes cuando proceden de países y hasta de continentes distintos.
Los procesos migratorios son inherentes a la especie humana y a muchas otras especies. Nacen del instinto de conservación de la especie más que del individuo, y se deben siempre a una evaluación comparativa del entorno donde se vive en cuanto a los recursos y posibilidades con que se cuenta, y de un entorno diferente, en el que existe una percepción de que esos recursos y posibilidades pueden ser mayores y mejores.
Existen varias causas para la inmigración que van desde la escala global hasta motivos personales.
Probablemente una de las más comunes es la migración por motivos económicos, ya que muchas personas emigran buscando en otro país mayores ingresos o un mejor nivel de vida. En la actualidad este tipo de migración típicamente ocurre desde países menos desarrollados a países más desarrollados y en muchos casos estos inmigrantes ingresan o se mantienen de forma ilegal en el país de destino.
Otro motivo importante para la inmigración se da debido a situaciones que obliguen a dejar el país de origen, como persecución política, étnica o religiosa o para escapar de situaciones políticas inestables o guerras.
En algunos casos la inmigración está asociada a profesiones o empleos, como por ejemplo los misioneros religiosos, empleados de coorporaciones transnacionales, empleados de organizaciones no gubernamentales internacionales o empleados del servicio diplomático. En el caso de los científicos, es en algunos casos esperable, o incluso requerido, que como parte de su carrera estudien o trabajen en países distintos al país de origen.
Las migraciones son tan antiguas como la humanidad y aparecen en las relaciones más antiguas de casi todas las religiones y culturas que existen. En el caso de la tradición judeocristiana, la expulsión del hombre por el Creador después del pecado original constituye la primera referencia a una especie de migración forzosa.
Lo mismo puede decirse de la tradición islámica (la Hégira), la judía (el Éxodo o Huída de Egipto, los 40 años de la vida en el desierto del Sinaí, el establecimiento en Canaán, etc.)
Migraciones en la antigüedad Las migraciones han sido una necesidad para la humanidad desde la más remota antigüedad, cuando el ser humano se desplazaba de un lugar a otro en busca de medios de subsistencia o para eludir a enemigos humanos o naturales, recorriendo de esta forma el planeta. Históricamente, las migraciones han cambiado totalmente el aspecto de los países, influyendo en su composición racial, lingüística y cultural, así como otros cambios importantes de gran repercusión.
Hace mil quinientos años, en lo que actualmente conocemos como Moscú, no había un sólo ruso, en Hungría no había un sólo húngaro, en Turquía no había turcos, España empezaba a ser visigoda, en América sólo vivían indígenas, en Australia sólo polinesios y melanesios, en la región de Kosovo vivían en forma minoritaria los albaneses, lo que hace todavía más complejo el término.
América
Mapa con la distribución territorial del español en los Estados Unidos (según el censo de 2000).
Luego de que los europeos llegaran a América, una parte de los indígenas originarios fueron desplazados o exterminados por los europeos y otra gran parte terminó también mezclándose con ellos, dando origen al mestizaje, que forma en Hispanoamérica principalmente, la mayor parte de la población actual, en especial en países o regiones como México y América Central, Colombia, Chile, Venezuela y otros. Entre los pueblos europeos que participaron activamente en estas emigraciones masivas hacia América, además de los españoles, podemos citar a los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Debido a la escasez de mano de obra, sobre todo en el trabajo de las llamadas plantaciones, se importaron esclavos africanos de raza negra, en especial de los países del Golfo de Guinea, lo que cambió nuevamente la composición de la población y creó nuevas mezclas raciales: mulatos, zambos, y otras denominaciones que ya no suelen emplearse. Los descendientes de los antiguos esclavos, cada vez más mezclados con los otros grupos raciales, predominaron en las regiones de clima cálido próximas a la costa, donde constituían la mano de obra de las principales haciendas o plantaciones de caña de azúcar, cacao y algodón, entre otros cultivos.
En las islas del Caribe, donde el impacto de la Conquista diezmó a la población indígena muy pronto, los europeos sustituyeron el trabajo de los indígenas con el de los esclavos, por lo cual, el impacto africano en el poblamiento fue, en algunas regiones costeras, más importante que el indígena: podríamos decir que, mientras que los Andes siempre han sido indoamericanos, las Antillas se convirtieron en afroamericanas. También el sureste de los Estados Unidos recibió una gran cantidad de esclavos como mano de obra para trabajar en las plantaciones de algodón.
Las costas del Golfo de México y del Caribe (por ejemplo, en México y Nicaragua) también recibieron una importante inmigración de esclavos de origen africano y en este último país, se establecieron en la llamada Costa de los Mosquitos un nombre impropiamente derivado de los indios Misquitos que poblaban la zona. Y en el siglo XIX, muchos campesinos de Jamaica, huyendo de la esclavitud, escaparon de dicha isla para establecerse en esta región costera de los Mosquitos como lo recuerda la existencia de poblaciones con nombre anglosajón, como es el caso de Bluefields, la ciudad y puerto más importante de la zona. Y también fue muy importante el poblamiento con esclavos africanos en las regiones costeras del Brasil para el trabajo en las plantaciones.
Durante la época posterior a la independencia de los paises americanos hubo una fuerte afluencia de inmigrantes desde Europa, fomentada por los gobiernos americanos. Notorios son los casos, además de los europeos en los Estados Unidos, de los italianos y gallegos en Argentina y de los alemanes en el sur de Chile.
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